In this singular debut, director Tatti Ribeiro leverages the best of hybrid filmmaking to create a comedy-meets-documentary that feels both urgent and slice-of-life all at once. Set against the backdrop of the busiest US-Mexico border crossing, Valentina is, at its core, a coming-of-age story. The titular character, played by the ever-magnetic Keyla Monterroso Mejia (One of Them Days, The Studio), navigates parking tickets, odd jobs, and a perpetually precarious checking account balance. In one moment, Valentina cracks jokes about wanting a cosmetic procedure; in the next, she’s pointing out just how much time gig workers like herself waste dealing with bureaucracy. By blending real-life news clips and political interviews with a cinema vérité-style approach to capturing Valentina’s often-humorous day-to-day circumstances, this wholly original film not only deftly highlights the very real trials of growing up in an American border town, but marks Ribeiro as a talent to watch. —Kate Bove

En este singular debut, la directora Tatti Ribeiro aprovecha lo mejor del cine híbrido para crear una mezcla de comedia y documental que se siente a la vez urgente y cotidiana. Ambientada en el cruce fronterizo más transitado entre Estados Unidos y México, Valentina es, en esencia, una historia sobre el paso a la madurez. El personaje titular, interpretado por la siempre magnética Keyla Monterroso Mejía (One of Them Days, The Studio), lidia con multas de estacionamiento, trabajos ocasionales y un saldo bancario perpetuamente precario. En un momento, Valentina bromea sobre querer someterse a un procedimiento estético; al siguiente, señala cuánto tiempo pierden los trabajadores temporales como ella al lidiar con la burocracia. Al entrelazar clips de noticias reales y entrevistas políticas con un enfoque de cinéma vérité para retratar las a menudo humorísticas circunstancias cotidianas de Valentina, esta película absolutamente original no solo ilumina con destreza los retos de crecer en una ciudad fronteriza estadounidense, sino que también consagra a Ribeiro como un talento a seguir. —Kate Bove